RESERVA NACIONAL PACAYA-SAMIRIA (La selva de los ríos espejo), PERÚ

Información de la Reserva:
Esta reserva nacional protege principalmente el ecosistema conocido como selva inundada (várzea), en la región (departamento) peruana de Loreto. Su nombre se debe a los ríos que la atraviesan,  que son principalmente el Pacaya y el Samiria. Está delimitada al norte por el río Marañón y al sur por el Ucayali, que después se unen para formar el que a partir de entonces es llamado oficialmente río Amazonas.
Es la reserva nacional más grande de Perú, el segundo espacio protegido más grande del país, y el cuarto de toda Sudamérica, ocupando aproximadamente 2.000.000 hectáreas, 20.000 km² (lo que vendría a ser unas cuatro veces la provincia de La Rioja) de pura selva, ríos y lagunas ("cochas").
En el año 2015 obtuvo el reconocimiento de ser considerada como el segundo mejor lugar para la vida silvestre de todo el planeta.
En cuanto al clima, al igual que en toda la Amazonía, presenta dos estaciones bien definidas: la temporada seca o vaciante (mayo-octubre) llamada también verano amazónico, y la temporada de lluvias o creciente (noviembre-abril) o invierno amazónico. Pese a hablarse de verano e invierno, las temperaturas no varían prácticamente nada a lo largo del año, por estar muy próximos al Ecuador (20-33° C de temperatura media anual). Recibe entre 2.000 y 3.000 mm de lluvia anuales.
Hablando de fauna y de flora, es uno de los lugares más biodiversos del Mundo, algo normal perteneciendo a la selva del Amazonas. Cuenta con más de 1.000 especies de vertebrados (en toda España, que es el país con más biodiversidad de Europa, hay unas 570) y unas 1.000 de plantas.
También hay personas viviendo en su interior. Entre 100.000 y 200.000 habitantes, repartidos en unos 200 núcleos. Hay además 56 comunidades nativas, pertenecientes a la etnia cocama-cocamilla, que viven aprovechando de manera sostenible los recursos que les brinda la reserva.
Surgió como santuario del paiche (Arapaima gigas), que estaba viendo como sus poblaciones descendían rápidamente a causa de la pesca, y posteriormente fue creciendo y adquiriendo mayor grado de protección para conservar el ecosistema al completo. Tras años desde su creación, se ha conseguido mejorar notablemente las poblaciones del paiche, y también de otras especies que estaban muy amenazadas: mono coto (Alouatta seniculus), mono choro (Lagothrix lagotricha), tortuga charapa (Podocnemis expansa), tortuga taricaya (Podocnemis unifilis), lobo de río o nutria gigante (Pteronura brasiliensis), delfín rosado del Amazonas (Inia geoffrensis), delfín gris (Sotalia fluviatilis), palmera aguaje (Mauritia flexuosa), arawana (Osteoglossum bicirrhosum), jaguar (Panthera onca), tapir amazónico (Tapirus terrestris), caimán negro (Melanosuchus niger), etc.
*Los nombres que aparecen entre comillas se corresponden con el nombre común que le dan a esa especie en la zona y/o en todo Perú.
Fauna destacada:
  • Mamíferos (aprox. 100 especies): mono aullador o "coto" (Alouatta seniculus), mono choro (Lagothrix lagotricha), lobo de río o nutria gigante (Pteronura brasiliensis), delfín rosado del Amazonas o "bufeo colorado" (Inia geoffrensis), delfín gris o "bufeo negro" (Sotalia fluviatilis), jaguar (Panthera onca), tapir amazónico (Tapirus terrestris), "venados colorado" (Mazama americana) y "cenizo" (M.gouazoubira), pecarí barbiblanco o "huangana" (Tayassu pecari), pecarí de collar  (Pecari tajacu), jaguar, "otorongo" o "tigre" (Panthera onca), puma, "tigre colorado" o "lluichupa" (Puma concolor), paca o "majaz" (Agouti paca), manatí amazónico o vaca marina (Trichechus inunguis), etc.
  • Aves (unas 500): varias especies de colibríes, garza ceniza (Ardea cocoi), avetigre o "puma garza" (Tigrisoma lineatum), hoacín o "shansho" (Opisthocomus hoazin), águila harpía (Harpia harpyja), buitre negro americano, zopilote, zopilote negro o "gallinazo" (Coragyps atratus),  varios tucanes, guacamayos, etc.
  • Reptiles (aprox 70): anaconda amarilla (Eunectes murinus), caimán de anteojos (Caiman crocodilus), tortuga charapa (Podocnemis expansa), tortuga taricaya (Podocnemis unifilis), caimán negro (Melanosuchus niger), caimán de Cuvier, yacaré enano, caimán enano o "dirin dirin" (Paleosuchus palpebrosus), iguana verde (Iguana iguana), cascabel muda o "shushupe (Lachesis muta), etc.
  • Anfibios (aprox 60): la mayoría son las llamadas ranas flecha o dardo, muy venenosas, pero también alguna otra especie como el escuerzo o rana cornuda de Surinam (Ceratophrys cornuta), sapo de Surinam o "charapa sapo" (Pipa pia), etc.
  • Peces (aprox 270): paiche (Arapaima gigas), arawana (Osteoglossum bicirrhosum), "boquichico" (Prochilodus nigricans), pacú negro o "gamitana" (Colossoma macropomum), gimnoto o anguila eléctrica (Electrophorus electricus), raya motoro o "chucho de río" (Potamotrygon motoro), "dorado" (rachyplatystoma rousseauxii), bagre de cola roja  o "pez torre" (Phractocephalus hemioliopterus), surubí o "doncellla" (Pseudoplatystoma fasciatum), etc.
Flora destacada (algo más de 1000): aguaje (Mauritia flexuosa), lechuga de agua o "huama" (Pistia stratiotes), ceiba o "lupuna" (Chorisia integrifolia), "tornillo" (Cedrelinga catenaeformis), etc.

Cráneo de caimán negro (Melanosuchus niger)

Cráneos de pecaríes (Pecari tajacu, Tayassu albirostris).


Panel explicativo del proyecto de cría de las amenazadas tortugas charapa y taricaya.











Mi experiencia:
Ya cuando era muy pequeño, disfrutaba viendo documentales de naturaleza, aprendiendo lo diverso que es nuestro mundo, sintiendo admiración por tantos bellos lugares, y soñando con que algún día pudiera visitarlos todos, o los máximos posibles. Sin embargo, de todos aquellos lugares del Mundo, siempre destacó uno por encima del resto. Aquel al que, cuando pudiera, quería visitar antes que el resto. Y ese lugar era la selva amazónica. Qué decir de este tesoro. Una inmensa selva virgen, la más extensa del planeta, llena de ríos, lagos, pantanos y bosques poblados por incontables especies animales y vegetales. 
Cuando fui creciendo comencé a comprender que, por desgracia, viajar suele ser complicado, tanto por tiempo como por dinero. Pasaban los años pero el sueño seguía ahí, y finalmente, este año, por combinación de diferentes circunstancias, pude por fin viajar a la Amazonía. El país elegido fue Perú, aunque podría haber sido otro. En Perú viví muchísimas cosas y aprendí otras tantas, aunque de eso ya hablo en la entrada dedicada al viaje en general.
Centrándome ya en la Reserva Nacional, he de decir que todo lo que pueda expresar con palabras se quedará bastante corto. Lo primero que impresiona es su extensión (aunque dentro de ella no eres consciente, ya que todo el terreno es llano y frondoso). Estamos hablando de que ocupa un área equivalente a cinco veces La Rioja entera, de puro bosque, inalterado en casi todo el territorio. Dentro de la reserva, sientes que has viajado en el tiempo, a una época en que la naturaleza virgen aún dominada nuestro mundo. Donde no hay más ruidos que los de las aves y los monos. Su nombre "selva de los espejos, o de los ríos espejo" es bien merecido, puesto que aunque el agua es turbia, debido a los taninos de las plantas, gracias a su quietud reflejan a la perfección los bosques circundantes. Bosques cuyos límites son realmente imposibles de definir, ya que emergen directamente del agua, fundiéndose con ella en una sola cosa. Es un laberinto de canales, raíces, troncos, lianas... Realmente es un lugar mágico, que, sobra decirlo, merece la pena conocer. Yo volvería sin dudarlo, y de hecho pretendo hacerlo. Es un lugar de fantasía, en el que lo que parece imposible se torna en común. Delfines nadando entre los árboles, peces gigantes que respiran aire, aves que cazan monos, serpientes que pueden cazar casi cualquier cosa... Yo solamente pude pasar 3 días en su interior, pero para alguien que se considere un "loco" de la naturaleza, esto es poco, y existe la posibilidad de pasar hasta 21 días recorriendo la reserva de un extremo a otro (quizás para la próxima). 
A continuación muestro algunas fotografías de las especies que pude observar. (dado a que en la selva hay continuamente contrastes de luces y sombras, y de que aún no me manejaba muy bien con la cámara, hay fotos de no muy buena calidad).
Primero, algunas fotografías del entorno. (aunque era la estación seca, las lluvias no habían cesado por completo, por lo que el nivel del agua era todavía demasiado alto para poder ir andando, así  que el 99% del recorrido lo hicimos en canoa, recorriendo el río y parando en las cabañas que hay preparadas para los visitantes).


Yo en el comienzo de la Reserva, posando muy bien, como de costumbre.

A Manuel se le da mejor.




Nuestro guía y chófer acuático, Flóver, que nos trató estupendamente y además demostró ser un experto conocedor de la zona, ya que gracias a él pudimos ver muchos animales que de otra manera habría sido imposible.









En la canoa llevábamos toda la comida y el agua que necesitaríamos para los tres días (de todo eso se encarga la empresa que contratas para hacer la visita).







A lo largo del recorrido, el río se dividía en multitud de canales, algunos de ellos con bastante corriente y muy estrechos, conformando un laberinto. Parecía imposible no perderse en tal paraje, pero los guías saben pefectamente qué canal coger cada vez.

El concepto de orilla es algo que simplemente no existe en este lugar, ya que como se ve en todas las fotografías, las planas emergen directamente desde el agua, creciendo en una masa continua y frondosa de vegetación, haciendo que sea del todo imposible andar por esas zonas, por lo que la canoa es la única forma posible de moverse.






Maraña de raíces similares a un manglar.


Una de las cabañas de alojamiento de los visitantes (esta no estaba disponible en aquel momento, ya que necesitaba algunos arreglos).





Es difícil distinguir lo que es raíz y lo que es tronco, ya que en muchas ocasiones de un mismo tronco crecen varias raíces hacia el agua.

Nenúfares.




Cabaña de Poza Gloria, donde los visitantes se alojan la primera noche. Con el nivel de agua alto, la casa resulta ser una isla, desde la que se veían toda clase de peces.  El simple hecho de comer o dormir en esa caña era como estar viviendo en algún lugar fantástico, que no existiera de verdad.
Desde la propia cabaña se podían observar los peces que nadaban debajo, esperando a cualquier trozo de comida que cayera al agua.













Flóver, un gran aficionado del fútbol europeo (como casi todos los peruanos), siendo vivo ejemplo de hasta qué rincones del Mundo llega este deporte.






Muchos troncos estaban colonizados por bromelias, plantas que crecen en los troncos de muchos árboles, en zonas tropicales.


El laberinto de raíces.


Haciendo honor al nombre de "ríos espejo".






Flóver y nuestros víveres.







Como se ve, la canoa no deja mucha libertad de movimiento, aunque es algo que ni piensas cuando estás en un lugar así.














Manuel y yo bañándonos cerca de la cabaña, en el mismo lugar en el que minutos antes habíamos estado pescando pirañas. 

















Algo que contribuyó a que mi experiencia en Pacaya-Samiria fuera plena, fue que pude pescar, cumpliendo mi sueño de pescar en el Amazonas, en uno de sus afluentes. En general, en toda la zona de la selva, la gente miraba con asombro mis aparejos de pesca. Me llevé desde España una pequeña caña con su carrete, y algún que otro aparejo y señuelo, sobre todo cucharillas. Su asombro era debido a que allí todo el mundo que pesca, que es casi todo el mundo, utiliza simplemente un palo, con un hilo y un anzuelo con un trozo de carne (carnada) o una cuerda o hilo muy grueso atado a un tronco si se trata de pescar grandes peces. Pero en cualquier caso, nada de sofisticadas cañas y demás. En cualquier caso, yo utilicé mi caña, aunque también probé la técnica del lugar, y aunque el tiempo que pasé pescando no fue el que habría querido (quizás es que nunca sea el suficiente), sí que pude disfrutar de bastantes especies diferentes. Ninguna captura resultó ser de buen tamaño, pero eso daba igual, porque lo que más me interesaba a mí era ver la variedad de especies de aquellas turbias aguas. Algunas de las capturas constituyeron lo que sería nuestra cena.

Bujurqui vaso (Chaetobranchus flavescens). Bujurqui es el nombre común para llamar a numerosas especies de pequeños cíclidos.

Mojarritta, nombre común para todos los tetras (carácidos) de pequeño tamaño.


Pleco a la parrilla.

Otro carácido de nombre desconocido.

Pequeño pez gato (bagre) de especie sin determinar.

Piraña o paña roja (Serrasalmus natteri).

Piraña capturada justo a los pies de la cabaña.

Pez lobo, tararira o "fasaco" (Hoplias malabaricus), pescado por el guía con arpón durante la noche en aguas poco profundas.




Dientes del pez lobo.


Uno de los lugares que probablemente más gravado quede en mi memoria, y seguramente también en la de Manuel, sea la charca, o "cocha", como allí las llaman, a la que nos llevó Flóver. Tras caminar una media hora por uno de los pocos senderos que había emergidos, llegamos a esta pequeña laguna paradisíaca. Y digo paradisíaca porque todavía no me termino de creer lo que se podía ver allí. Era como un edén. Los peces saltaban a lo largo de toda la superficie del agua. Aquí y allá. De multitud de especies diferentes. Sin cesar un segundo. Las libélulas y los martines pescadores sobrevolaban las aguas, también habitadas por pequeños  caimanes, que flotaban plácidamente a pocos metros de la orilla donde estábamos. Flóver nos preparó un palo con un hilo y carnada y comenzamos a pescar. Apenas el cebo caía en el agua algún pez ya lo devoraba, y en la escasa hora que estuvimos allí, pudimos sacar varias especies.






Manuel pescando en la laguna.

"Shuyo" (Hoplerythrinus unitaeniatus), un pariente algo menor del pez lobo, pero con colores más vistosos.

Otro "bujurqui".


Manuel con su bujurqui.

Cíclido óscar (Astronotus ocellatus), con su característico ocelo rojo en la cola, pez muy apreciado en la acuariofilia.

Piraña o paña roja (Serrasalmus natteri), pescada con el método tradicional de la carnada y el palito.

Pequeño pez lobo, tararira o "fasaco" (Hoplias malabaricus)


Sábalo cola roja (Brycon cephalus). Capturamos muchos de esta especie, aunque por desgracia muchas de las fotos se perdieron bajo las aguas, junto al móvil de Manuel (que recuperamos del fondo, aunque tarde).









De vuelta a la cabaña, seguimos pescando y capturamos alguna especie todavía nueva.

Cíclido de especie aún sin determinar, con unos preciosos tonos rojos.




Pez gato (bagre) de especie no conocida.

Manuel feliz con su bagre, de especie  desconocida.



Entramos ya en lo que, a priori, era lo que más me motivaba para conocer la reserva: su fauna. Cuando vas a visitar una reserva nacional perteneciente al ecosistema más biodiverso del planeta, es difícil no hacerse ilusiones, y aunque a veces eso puede jugarte una mala pasada, la verdad es que fue espectacular la cantidad  de especies, algunas de ellas realmente difícil de avistar, que pudimos ver.
  • Mamíferos:
Perezoso bayo o "pelejo" (Bradypus variegatus). Uno de los animales que más ilusión nos hacía ver. Y no fue nada fácil, pues no fue hasta el último día, cuando nos dirigíamos hacia la salida de la reserva, cuando Flóver, con su visión experimentada en la búsqueda de animales, encontró este "pelejo" en la copa de un altísimo árbol, bien camuflado gracias, en parte, a sus lentísimos movimientos.




"Machín blanco" o capuchino de frente blanca (Cebus albifrons).

Huellas en el barro, seguramente de alguna especie de zarigüeya, o como las llaman allí, "zorritos".

Delfín rosado del Amazonas o "bufeo colorado" (Inia geoffrensis). Probablemente el animal que más ilusión me hacía ver de todo Perú, pero más ilusión me hizo saber que, al parecer, no está tan amenazado como yo creía, ya que es una especie considerada sagrada desde la antigüedad, por lo que no se les caza, y se les puede observar con relativa facilidad tanto dentro como fuera de la reserva. Sin embargo sí que están expuestos a otras amenazas igualmente graves, como la contaminación.






Nutria gigante del Amazonas o "lobo de río" (Pteronura brasiliensis). Probablemente la especie más difícil de ver de todos los animales que fotografiamos. Tuvimos la gran suerte de toparnos con esta familia de nutrias, que estaban jugando en la orilla. Son animales muy curiosos, y no nos quitaban la vista de encima, alejándose muy poco a poco mientras nos bufaban.


Dado que había tanta vegetación a diferentes distancias, a la cámara le costaba mucho trabajo enfocar bien, pero en alguna parte del vídeo se puede ver bien a una de las nutrias, que no paraban de bufarnos, pero que se sentían atraídas por su innata curiosidad. Además Flóver emitía unos silbidos que parecían atraerlas aún más.




Mono ardilla común, "fraile" o "pichico" (Saimiri sciureus), el primate más fácil de observar en la reserva. Vimos varios grupos saltando de rama en rama cerca del agua.

Mono ardilla común, "fraile" o "pichico" (Saimiri sciureus)








  • Aves:


Aninga americana o "sharara" (Anhinga anhinga) secando sus alas al sol, seguramente después de haber pescado.


Guacamayo azulamarillo (Ara ararauna), tímido tras unas hojas.

Gavilán cangrejero grande (Buteogallus urubitinga).


Caracara negro (Daptrius ater).

Garcita azulada o estriada (Butorides striata)

Garcita azulada o estriada (Butorides striata)


Busardo colorado, aguililla canela o "gavilán mama vieja" (Busarellus nigricollis).

Garcita azulada o estriada (Butorides striata)

"Pájaro carpintero" o picamaderos de Guayaquil (Campephilus guayaquilensis).

Martín gigante neotropical, martín pescador de collar o "catalán" (Megaceryle torquata).



Secuencia de una garceta grande o garza blanca (Ardea alba), tragándose un cíclido ("bujurqqui") que previamente había capturado.










Garcita azulada o estriada (Butorides striata)


Garcita azulada o estriada (Butorides striata)

  • Reptiles:
Caimán de anteojos (Caiman crocodilus).

Caimán de anteojos (Caiman crocodilus).

Caimán de anteojos (Caiman crocodilus).
 Antes de que amaneciera fuimos a buscar caimanes, que se muestran más activos a esas horas. Tuvimos suerte y vimos varios, gracias a que sus ojos reflejaban las luces de nuestras linternas. Una vez que fue amaneciendo, pudimos oír por primera vez el estruendo de los monos aulladores, que pese a encontrarse a kilómetros de nosotros, en lo más profundo de la selva, emiten unos aullidos que te dejan congelado.
Caimán negro (Melanosuchus niger).

Caimán negro (Melanosuchus niger).

Caimán negro o "lagarto negro" (Melanosuchus niger).

Caimán de anteojos (Caiman crocodilus).

Caimán de anteojos o "lagarto blanco-2 (Caiman crocodilus).

Caimán de anteojos (Caiman crocodilus).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).

Tortuga arrau o "charapa" (Podocnemis expansa).


Anaconda verde o común (Eunectes murinus) haciendo la digestión en una rama, donde permaneció por lo menos 3 días.



  • Anfibios:
Rana arbórea ¿Hyla sp.? sobre una raíz emergida.

Sapo marino (Rhinella marina) juvenil.


  • Peces:
A parte de los ya mencionados en el apartado de pesca, pudimos ver o capturar alguna otra especie. Muchas de ellas imposibles fotografiar, como "pez lápiz" (Boulengerella maculata), pez hacha o "stringata" (Carnegiella strigata), varias especies de coridoras o "shiruy", "armado" (Platydoras costatus), "carachama barbuda" (Ancistrus dolichopterus).

Probablemente alguna especie de la familia de los peces banjo (Asprendinidae).


Especie de la familia Loricariidae.



Probablemente Prionobrama filigera
Por las noches salía con la linterna a explorar las aguas del embarcadero, y pude ver varias especies nocturnas que frecuentaban las maderas. En primer lugar, un grupo de armados (Platydoras costatus) que siempre que alumbraba estaban allí, en la parte sumergida de las escaleras del embarcadero, pero que huían de la luz:


  • Invertebrados:

Cangrejo de agua dulce que merodeaba las maderas  del embarcadero.



Libélula



"Lupuna", árboles selváticos que llegan a ser gigantescos, con una raíz que crece y se expande de esta manera tan característica, y que son capaces de engullir a otros árboles hasta matarlos.





Fuentes de información:
Vídeos:





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