Pese a que este paraje supone un reducto protector para el ecosistema de ribera y su fauna, las amenazas son todavía importantes. Una de las que más destaca es la cantidad de basura que hay, principalmente plásticos, aunque se puede encontrar de todo. La basura se acumula aquí porque el río dibuja una curva. Entonces, cuando hay una crecida el río ataja y pasa por en medio de un soto con mucha vegetación, en la que la basura se queda atrapada, acumulándose así durante muchos años. La solución es complicada, ya que la basura no se vierte aquí, sino que viene arrastrada por el río desde cualquier punto de toda la cuenca del Ebro. En ocasiones casos como este se atajan limpiando el paraje de restos de vegetación. Esta decisión, aparte de ser ineficaz, es nociva para el medio ambiente. En primer lugar es ineficaz porque, como digo, la basura se acumula aquí, pero evitar que se acumule no hará desaparecer los residuos, sino que simplemente trasladará el problema a otro punto río abajo. Y en segundo lugar, en lo que se refiere al ecosistema, eliminar estos restos de vegetación supone privar a muchas especies de su único refugio natural. Por ejemplo el visón europeo (Mustela lutreola), gravemente amenazado, necesita de estos acúmulos naturales de vegetación para ocultarse y criar. Como se ve, la imagen es desoladora, más aun sobre el terreno.
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